El ingeniero chileno, con experiencia en desarrollo local de tecnologías, socio de Locke SpA, empresa dedicada al diseño e implementación de soluciones de Industria 4.0 e IoT y CEO y socio de GKD LatAm SA, filial de la alemana GKD, líder mundial en tejidos técnicos para la industria y arquitectura, nos da su impresión sobre las tecnologías desarrolladas en IMA+, y además nos entrega un diagnóstico país sobre las necesidades tecnológicas y de la industria, entre otros.

  • ¿Cómo ha afectado la pandemia a su empresa? ¿Las proyecciones para 2021?

GKD opera en dos mercados: industrial y arquitectura. El mercado industrial en Chile se mantuvo bastante estable, no así en Perú donde importantes clientes detuvieron sus plantas y consiguientemente sus compras. El mercado arquitectónico y de construcción ya venía afectado por la crisis social de octubre de 2019, por lo que el 2020 fue un año muy duro. Un lado positivo de esto, a la luz del riesgo de contagio de las personas, fue que pudimos reorganizar la jornada laboral para que los turnos fueran de menos personas. Actualmente los trabajadores están volviendo a sus casas una hora antes, de modo de evitar aglomeraciones en el transporte público.

Afortunadamente hemos tenido sólo dos contagiados, ambos con consecuencias leves. Hoy el 90% de los trabajadores tiene al menos una dosis de la vacuna.

  • ¿Cómo ha sido su rol como asesor del comité técnico del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada?

Me alegra ver proyectos que buscan estar a la vanguardia mundial como, por ejemplo, el de navegación y carga autónoma de cargadores frontales en minería subterránea (LHD).

Respecto de mi rol como asesor de IMA+, ha sido muy interesante aportar desde una perspectiva de industria manufacturera a proyectos que tienen un nivel de desarrollo tecnológico que muchas veces supera largamente lo que he hecho en mi vida profesional.

  • Ya estamos en la mitad del Programa ¿Qué avances significativos existen en los proyectos?

Los proyectos ya están definiendo los protocolos de validación para operar en entornos reales de producción. Esto es muy relevante, porque se empiezan a cerrar las brechas con los clientes reales y sus necesidades, y a vislumbrar la entrada al mercado de forma comercial.

  • ¿Estos avances tecnológicos pueden replicarse en otros proyectos de la industria?

Por supuesto, si bien los proyectos resuelven una necesidad precisa, el conocimiento adquirido y las tecnologías desarrolladas en IMA+ pueden ser utilizadas en infinidad de soluciones para la industria. Algunos proyectos son de por sí más generalistas, como el de Digital Twin o el de inteligencia artificial para mantenimiento predictivo, pero otros como el de teleoperación háptica de manipulador para fractura de roca en minería o el de integración de sensores para fatiga laboral, pueden alimentar proyectos de atención y evaluación remota de pacientes o de manipulación de precisión de componentes de alto peso o de materiales nocivos.

  • ¿Cuáles son los desafíos para las empresas partícipes?

Creo que el principal desafío para las empresas participantes es transformar el desarrollo en productos o mejoras que operen permanentemente en sus plantas. Hay mucho de genialidad en estos pasos finales, donde la cercanía de la meta parece más cercana de lo que realmente está. Hacerse cargo de todos los detalles, de todas las excepciones, de todos los sistemas que integrarán con el negocio actual, no es trivial, se requiere una visión nítida, un liderazgo fuerte y mucha coordinación de distintas especialidades y profesiones.

  • Cómo experto en innovación ¿Por qué es necesario incorporar nuevas tecnologías a la industria?

La tecnología habilita mejoras en productividad y márgenes, ya sea a través de la mejora de la calidad, de la disminución de tiempos de proceso o costos, en general, o porque es la única posibilidad para entregar ciertos productos. La implementación de tecnologías supone un riesgo, sobre todo si uno es de los primeros en adoptarla, pero la historia nos muestra que hay un riesgo mayor en llegar tarde. Esto es especialmente cierto hoy, cuando las tecnologías rápidamente apalancan nuevas tecnologías y los modelos de negocio tienen una tendencia a la concentración de los ofertantes, lo que hace casi insostenible estar en una posición secundaria.

  • ¿Cómo influye la aplicación de tecnologías digitales a los procesos industriales?

Las tecnologías digitales ofrecen una infinidad de características y ventajas a los procesos industriales: precisión, rapidez, información, etc. Una de las cosas que me parece más interesantes es la comunicación entre máquinas o entre máquina y producto en fabricación. Si una máquina adapta de forma automática su proceso a lo que otra máquina le entrega, se puede lograr que un grupo de máquinas fabrique productos distintos o personalizados de forma eficiente, o que los errores de una los compensen las otras en lo que queda del proceso, tal como hacemos los humanos cuando trabajamos en equipo. Algo así vi en una planta de semiconductores de Bosch en Alemania, donde el producto no conforme se redujo en más de un 70%.

  • ¿Por qué es necesario aumentar la denominada inteligencia artificial y la ciencia de los datos?

Desde un punto de vista estratégico, es necesario porque son herramientas que pueden entregar beneficios gigantescos, muchos hoy desconocidos, y porque los desarrollos asociados pueden determinar la supervivencia o el modelo de negocios de muchas empresas o trabajos. No me imagino a un radiólogo el año 2030 revisando imágenes. Además, si no tenemos la capacidad para desarrollar los modelos de IA localmente, dependeremos de lo que haga EEUU, China o Europa. Alguien podrá decirme que siempre ha sido así, pero eso no es efectivo en todos los ámbitos, y en otros la dependencia puede ser nefasta. Por ejemplo, hay que preguntarse: ¿Es una buena idea comprar tecnologías de defensa basadas en inteligencia artificial a otros países? ¿O que algoritmos de asignación de recursos críticos, como el de postulación de niños a colegios, sean desarrollados fuera del país?

  • ¿Por qué es relevante que la industria y la academia trabajen juntos?

Muchos de los problemas que enfrenta la industria deben ser resueltos con métodos y conocimiento que todavía no existe, mira el caso de la capacidad y vida útil de las baterías para los autos eléctricos. En estos casos, es bastante evidente la necesidad de contar con investigadores calificados. Por otro lado, la academia necesita problemas interesantes y relevantes que resolver. También es interesante para la academia que sus soluciones encuentren un mercado.

Creo que en Chile todavía nos falta mucho, en cuanto a tamaño de los problemas que nos atrevemos a intentar resolver y a la confianza para trabajar con otros.

  • ¿Cómo la denominada Revolución Industrial 4.0 puede impactar positivamente el desarrollo de Chile, aumentando su productividad y permitiendo el desarrollo de productos de alto valor agregado?

Creo que una buena idea es comenzar por sectores estratégicos donde empresas chilenas estén entre los líderes mundiales y donde parte importante de su cadena de valor incluya a proveedores locales con capacidades de desarrollo, pienso en minería del cobre, minería no metálica, salmonicultura, celulosa, etc. Los desarrollos de industria 4.0 que se hagan en estos sectores tendrán un beneficio directo en productividad -menores costos, mejor calidad-, pero además permitirán la exportación de tecnología chilena al mundo. No olvidemos que la primera empresa en introducir robótica en minería es chilena (MIRS) y que todos, incluidos los fabricantes de robots, les dijeron que era imposible.

  • ¿Y qué se necesita para que esto ocurra?

Además de las capacidades de ingeniería, buenas ideas y talento para el desarrollo, para que esto ocurra, se necesita encontrar un nicho indisputado -océano azul- o contar con el compromiso de clientes dispuestos a asumir riesgos. Actualmente en Locke estamos ayudando a un proveedor minero chileno a introducir inteligencia en sus productos que son de alta complejidad y de clase mundial. Lamentablemente, son pocas las empresas que viven realmente la innovación y, además, el estímulo estatal ha disminuido en los últimos años.

La velocidad del desarrollo tecnológico y de la generación de riqueza basada en conocimiento en los países ricos es tal, que si no hacemos nada, ya sea a nivel de empresa o de país, en poco tiempo la brecha será insalvable. Hay que entender que esta cuarta revolución industrial es la cuarta era de un proceso de transformación económica y social gatillado por la ciencia y la tecnología, no es algo nuevo ni casual, es el resultado de un afán de desarrollo principalmente de los grandes países. La diferencia de esta cuarta era es que, quizás por primera vez, las tecnologías habilitantes son relativamente baratas y su desarrollo es posible en países pequeños. No me cabe duda de que un ingeniero chileno puede cambiar la historia. No nos durmamos esta vez.

  • Otro tema que quiera incorporar.

Me preocupan las consecuencias económicas, sociales y humanas del exceso de automatización y de un mundo donde predomine la inteligencia artificial. Tengo la impresión de que no sopesamos cabalmente los riesgos, tal como hace 150 años no se sopesaron los riesgos ambientales de las máquinas a vapor o los motores de combustión interna. El riesgo actual me parece todavía más difícil de ver.

Enrique Celedón V.

Es ingeniero civil de la Universidad de Chile (1999), con postítulos en data analytics, gestión de empresas, estrategia, innovación y humanidades. Su carrera ha estado marcada por el desarrollo de la industria manufacturera nacional, especialmente en lo concerniente a estrategias de innovación y desarrollo tecnológico Made in Chile. Actualmente es CEO y socio de Locke SpA empresa dedicada al diseño e implementación de soluciones de Industria 4.0 e IoT y CEO y socio de GKD LatAm SA, filial de la alemana GKD, líder mundial en tejidos técnicos para la industria y arquitectura. Además, es director de Brinca, consultora en creatividad, y miembro del Comité Técnico del Programa de Innovación en Manufactura Avanzada de la Universidad de Chile.